Quiero compartir con vosotros una pequeña guía con algunas de las cosas que me habría gustado saber cuando empecé mi colección de relojes. No pretendo sentar cátedra ni dar una verdad absoluta, simplemente voy a contaros lo que he aprendido con el tiempo, basado en mi experiencia personal. Así que si pensáis diferente en algún punto, os invito a debatirlo en el grupo de Telegram —entre todos siempre aprendemos más.
Ahora sí: si estás pensando en comprarte tu primer reloj o ya tienes uno y te ha picado el gusanillo de seguir ampliando la colección, esta guía te va a venir como anillo al dedo.
Lo primero es lo primero: ¿qué tipo de relojes te gustan? Hay modelos que gustan a casi todo el mundo, como los divers, gracias a su estética equilibrada y su versatilidad. Quedan bien con un look casual, pero también encajan en contextos algo más formales. De hecho, muchas colecciones, incluida la mía, empiezan por un diver.
También están los cronógrafos, con ese toque deportivo que suele llamar la atención desde el principio. Suelen ser versátiles, pero si te decides por uno automático, prepárate para una inversión algo mayor. Ya hablaremos de calibres.
Luego tenemos los aviadores, que no son tan universales, pero tienen su público. Suelen tener un diseño más sobrio, a menudo con correa de cuero. A mí me encantan, y creo que uno debería estar entre tus primeras piezas.
Y no olvides pensar en para qué vas a usar el reloj.
- ¿Solo como complemento? Puedes elegir lo que te guste estéticamente.
- ¿Lo quieres para hacer deporte o buceo? Mejor uno resistente al agua o un buen diver.
- ¿Lo vas a llevar al trabajo y hay riesgo de golpes? Un G-Shock puede ser tu mejor aliado.
No te preocupes si tus gustos cambian con el tiempo. Es lo más normal del mundo. Lo importante es que disfrutes del proceso.
Sí, el tamaño importa... aunque no es lo único relevante. Un reloj demasiado grande puede parecer una sartén en la muñeca, y uno pequeño puede parecer una chincheta. Por eso es importante que entiendas cómo se mide un reloj: lo habitual es que se hable del diámetro de la caja en milímetros.
Un tamaño de 40 mm suele quedar bien en la mayoría de muñecas, pero lo ideal es que te midas la tuya (la estándar masculina está entre 18 y 20 cm) y elijas en función de eso.
Ojo, que el diámetro no lo es todo. Hay otros factores, como el tamaño del bisel, el diseño del dial o la forma de las asas, que pueden hacer que un reloj “parezca” más grande o más pequeño de lo que realmente es.
Aquí hay mucho debate. Hay dos grandes tipos: mecánicos y de cuarzo, y dentro de ellos hay variantes como los automáticos, los manuales o los mecaquartz.
Muchos dirán que para disfrutar de un reloj “de verdad”, tiene que ser mecánico (y si es manual, mejor aún). Yo entiendo ese punto de vista, pero creo que no hay que cerrarse.
Yo mismo prefiero los mecánicos, pero también tengo relojes de cuarzo que disfruto mucho. Al final, hay piezas que te llenan más por la historia o el momento en que las compraste que por el tipo de calibre que llevan.
Mi consejo: elijas el tipo que elijas, asegúrate de que lleve un calibre fiable, como los NH de Seiko o los Miyota.
¿Está mal comprar un homenaje? Depende de a quién le preguntes. Yo creo que no hay nada malo en ello si sabes lo que estás comprando.
Es cierto que algunas marcas chinas copian diseños, pero muchas lo hacen muy bien y lo compensan con una gran calidad/precio. Si estás empezando y te gusta, por ejemplo, el Tudor Black Bay, ¿por qué no probar primero con un Pagani Design por 80 euros? Si la afición te dura, ya llegará el momento del Tudor original.
Cada uno tiene su presupuesto, y no necesitas un reloj caro para disfrutar. Un reloj de 100 euros puede darte tantas alegrías como uno de 1000. Dependerá más de tu vínculo con él que del precio en sí.
Eso sí, si te gusta cambiar mucho de reloj, te recomiendo que no te fundas todo el presupuesto en una sola pieza. Mejor diversificar un poco al principio.
Tus gustos cambiarán. Lo normal es que empieces queriendo solo un tipo de relojes, por ejemplo divers, pero con el tiempo te llamen los aviadores, los field, los dress, los digitales…
Por eso te recomiendo que no compres cinco relojes del mismo tipo de golpe. Deja que tu colección crezca contigo, y evita acabar con 20 divers que ya no te apetece ponerte.
Todos tenemos ese reloj idealizado. Está bien tenerlo en el punto de mira, pero no te obsesiones con conseguirlo lo antes posible.
Disfruta del camino y de otras piezas que te hagan ilusión hasta llegar a él. Y prepárate para la posibilidad (solo posibilidad) de que, cuando lo tengas, no sea tan especial como esperabas. A veces idealizamos demasiado. Pero si has disfrutado de otros por el camino, eso nunca será tiempo perdido.
Te lo digo por experiencia: un gran descuento no siempre es una gran compra.
A veces pillamos un reloj solo porque está rebajado, y al final ni nos lo ponemos. Y ahí está, cogiendo polvo, mientras piensas que podrías haber comprado otro que sí te hacía ilusión.
Sé paciente. Las ofertas van y vienen, y tarde o temprano bajará ese que tienes en la lista desde hace tiempo.
Si ya llevas un tiempo coleccionando, puede que tengas relojes que te encantaban pero que han caído en desuso.
Cámbiales la correa. Algo tan simple como eso puede hacer que parezcan completamente nuevos. Por 10 euros en AliExpress puedes darle una segunda vida a esa pieza que ya dabas por “muerta”.
Si has llegado hasta aquí, solo me queda decirte una cosa: Haz que tu colección sea tuya. Prueba, equivócate, aprende, vuelve a probar… y, sobre todo, disfruta. Y si puedes, comparte tu experiencia con otros. Ya sea en foros, en nuestro grupo de Telegram o en persona. Porque cuando compartimos, todos ganamos.