El Casio Edifice EFR-S108D, apodado por muchos como CasiOak, no es simplemente un reloj económico que recuerda al Royal Oak. Es una reinterpretación accesible y moderna de una estética clásica que, en manos de Casio, toma forma en un reloj delgado, preciso y con un diseño sorprendentemente cuidado. Esta pieza logra aunar diseño, funcionalidad y comodidad con una ejecución que, por su precio, resulta difícil de igualar.
Su silueta compacta (39,9 mm de diámetro y apenas 7,8 mm de grosor) lo convierte en una opción perfecta para el uso diario, incluso para muñecas pequeñas o quienes prefieren relojes discretos y bien proporcionados. Es un reloj con presencia, pero sin excesos, y con una sensación en mano muy agradable gracias a su peso contenido de 110g.
Casio no especifica el calibre concreto, pero se trata de un movimiento de cuarzo con una precisión excelente: ±20 segundos al mes y una duración de la pila de 3 años. Esto significa que el reloj ofrece una fiabilidad sobresaliente y un mantenimiento prácticamente nulo. Lo ajustas una vez y te olvidas durante mucho tiempo. Para el día a día, es una solución práctica, precisa y libre de preocupaciones.
La caja, totalmente construida en acero inoxidable, presenta un acabado cepillado que transmite robustez y estilo sobrio. Sus bordes están pulidos en ángulo de 45 grados, aportando un contraste visual muy atractivo. Las asas son cortas y compactas, manteniendo una integración armoniosa con el brazalete. Como guiño al diseño industrial que evoca, la caja muestra cuatro tornillos decorativos que refuerzan su carácter técnico y moderno.
La tapa trasera es de acero, con acabado cepillado circular y grabados que incluyen el nombre de la marca, el modelo, el tipo de cristal (zafiro), el material de la caja y la resistencia al agua de 100 metros.
La corona no es roscada, sino de presión, lo cual es habitual en este rango de precios y grosor. Presenta un ligero juego al manipularla, aunque se mantiene funcional. Tiene dos posiciones: una para ajustar la fecha y otra para la hora. Está firmada con el logo de Casio y tiene un acabado de cepillado circular que mantiene la coherencia con el resto del reloj.
El bisel, octogonal y perfectamente integrado con la caja, está cepillado en su parte superior y pulido en los laterales. Su geometría limpia y sin adornos es uno de los principales atractivos del reloj, evocando a modelos mucho más costosos, pero con una ejecución simple y muy efectiva.
El cristal es otro punto fuerte de este Casio. Se trata de un zafiro artificial con revestimiento antirreflejos, que según la marca rinde igual que el zafiro real. Su resistencia a arañazos es muy buena, y su comportamiento ante reflejos, notable. El cristal está perfectamente enrasado con el bisel, lo que ayuda a mantener una estética limpia y un perfil bajo.
El dial es sin duda uno de los puntos más atractivos del reloj. Su color negro cepillado ofrece reflejos jaspeados que reaccionan con la luz, generando un juego visual muy interesante sin resultar llamativo. La marca, el logo, la mención a “Sapphire” y la resistencia al agua están perfectamente equilibrados en el diseño, sin recargar el conjunto.
Los marcadores horarios están aplicados, con bordes pulidos y rellenos de lumen. El marcador de las 12h es más grande para facilitar la orientación, mientras que el de las 3h se recorta ligeramente para dar espacio al fechador, que está excepcionalmente bien integrado en el dial: mismo fondo negro, números blancos, y marco paspartú discreto.
Las manecillas de hora y minutos tienen forma de espada, con bordes blancos y relleno de lumen. Están ligeramente contrapesadas, con un acabado cromado que les da un toque refinado. La segundera, por su parte, es una batuta muy delgada, contrapesada y de color dorado, lo que añade un sutil contraste de color que aporta dinamismo y rompe con la monocromía del conjunto. Es un detalle muy acertado que realza el diseño sin sobrecargarlo.
El lumen, aunque funcional, no es su punto fuerte. Los índices aplicados tienen una luminosidad baja y de corta duración, mientras que las agujas retienen algo más de luz, permitiendo una lectura decente en la oscuridad. No está pensado como un diver ni como un reloj de exploración nocturna, pero cumple en situaciones puntuales.
El brazalete de acero inoxidable es ligero, fino y completamente en línea con el diseño estilizado del reloj. Su construcción no es la más robusta del mercado, pero ofrece comodidad y ligereza, sin comprometer la estética. El cierre es por presión con doble pulsador, incluye microajuste de tres posiciones, y está firmado con el logo y nombre de la marca. Funciona bien y permite un ajuste fino para distintas muñecas.
En conjunto, el reloj se siente casi imperceptible tras unas horas de uso, y es ideal para jornadas largas o incluso para dormir con él si se desea, algo no habitual en relojes de acero.
Es en este apartado donde el Casio Edifice EFR-S108D deja claro por qué es tan querido por los aficionados. Su precio oficial ronda los 129 euros, pero puede encontrarse por debajo de los 90 en algunas ofertas. A ese coste, resulta muy difícil encontrar un reloj que ofrezca un diseño tan trabajado, materiales tan bien elegidos y un nivel de ejecución tan sólido.
No tiene grandes pretensiones, pero sabe exactamente lo que es y lo ejecuta con una precisión japonesa milimétrica. Diseño cuidado, gran comodidad, un dial que juega con la luz, cristal de zafiro, resistencia al agua, brazalete integrado y un perfil ultradelgado: todo por un precio que lo convierte en un gran "daily watch" del mercado actual. Es la prueba de que no hace falta gastar mucho para llevar en la muñeca un reloj con estilo, personalidad y buen gusto.