El Timex Expedition Scout es una de las opciones más populares dentro de los relojes de inspiración militar gracias a su diseño funcional, su resistencia y, sobre todo, su asequibilidad. Con una larga trayectoria en el mundo de la relojería, Timex ha sabido ganarse un lugar entre los entusiastas gracias a modelos como este, que combinan estética clásica, materiales robustos y detalles prácticos como su reconocida iluminación Indiglo.
Timex es una de esas marcas con solera. Su origen se remonta nada menos que a 1854 en EE.UU., cuando se fundó bajo el nombre de Waterbury Clock Company. A lo largo de los años fue evolucionando y en los años 40 adoptó el nombre que hoy todos conocemos. En los 80 lanzaron la línea Expedition, inspirada en los relojes militares clásicos y pensada para el aventurero moderno. El modelo que hoy reseñamos forma parte de esa misma serie, y aunque es de los más sencillos de la gama, mantiene el espíritu robusto y funcional de sus hermanos mayores.
Este Timex Expedition Scout me genera sentimientos enfrentados. Por un lado, tiene detalles que me encantan —como su iluminación Indiglo, que veremos más adelante—, pero por otro lado, hay aspectos que siento que se quedan algo cortos para el precio que tiene. Tal vez estoy demasiado malacostumbrado a los relojes chinos que ya hemos reseñado aquí, que ofrecen acabados cada vez más pulidos a precios muy competitivos. Aun así, el Timex tiene argumentos para defender su lugar.
El reloj monta un calibre de cuarzo sin identificar por parte de la marca. Se rumorea que Timex fabrica sus propios calibres en Alemania, aunque en modelos de entrada como este es probable que monten maquinaria genérica. La marca promete unos 10 años de reserva de marcha, pero eso depende de cuánto juguemos con la iluminación Indiglo. Y hablando de jugar… su segundero tiene un tic bastante sonoro, tanto que si eres sensible al ruido, probablemente termines dejándolo fuera del dormitorio por las noches.
El reloj viene con una correa de cuero marrón que transmite robustez y buena calidad. Tiene un pespunte doble: marrón por fuera y blanco por dentro, un detalle sutil pero muy bien logrado. La hebilla, de latón negro como la caja, está grabada en bajo relieve con el nombre de la marca y encaja perfectamente con el estilo rudo y discreto del reloj.
Uno de los elementos más distintivos es su caja de latón negro con acabado mate, algo poco habitual en los relojes que han pasado por aquí. Tiene un toque arenado bajo ciertas luces que le sienta muy bien. Su forma es redondeada y con corte recto entre asas, típica de los relojes de campo clásicos. Aunque no es acero, se siente sólida y bien trabajada.
La corona no es roscada, sino a presión, y no está firmada. Pero a cambio, tiene buen tacto, ofrece un ajuste muy preciso y, lo más interesante: activa la iluminación Indiglo si la presionamos. Además, tiene las dos posiciones clásicas para el cambio de fecha y hora. Muy buena implementación para un reloj tan accesible.
La esfera es negra mate, sin reflejos ni texturas. Todo está pensado para la legibilidad. Tenemos tres anillos de numeración: el más exterior con minutos y postes, el intermedio con horas en formato de 12h y el interior con las 24h. Puede parecer recargado al principio, pero es coherente con la estética militar y resulta fácil de leer una vez te acostumbras.
El fechador está en la posición de las 3, con fondo blanco y número negro. Aquí echo de menos un fechador en negativo, que habría integrado mejor con el diseño de la esfera oscura.
Las manecillas horaria y minutera tienen forma de dardo y están pintadas en gris con centro en lúmen. La segundera es una flecha naranja que añade un toque de color justo y equilibrado.
La verdadera joya de este reloj es su sistema de iluminación Indiglo, que ilumina toda la esfera con solo presionar la corona. El efecto es espectacular, muy útil en la oscuridad y estéticamente muy atractivo. Eso sí, consume bastante pila si abusas de él. Las manecillas también tienen lúmen, pero su desempeño es bastante pobre. Por suerte, el Indiglo lo compensa con creces.
El cristal es mineral, sin zafiro, y va completamente al ras con un bisel simulado por la propia forma de la caja. No hay información oficial sobre el antirreflejo, pero en la práctica no he notado problemas de visibilidad. La tapa trasera, por su parte, es de acero inoxidable, va a presión y tiene grabados varios datos… incluyendo la web de la marca, que no puedo evitar considerar un poco cutre.
Sus medidas son bastante estándar: 47mm de largo, 40mm de diámetro y 11mm de grosor, con un peso de solo 64 gramos. El resultado es un reloj muy cómodo y ligero, ideal para el día a día o para quien prefiere piezas discretas que no estorben en la muñeca.
Este modelo del 2018 ya no se encuentra fácilmente en la web oficial de Timex, pero en Amazon ronda los 85€, un precio que personalmente me parece algo elevado para lo que ofrece. Sin embargo, es común encontrarlo rebajado a 50-60€, y ahí sí me parece una compra más que recomendable, aunque solo sea por disfrutar del efecto Indiglo.